“Nuestro país ya tenía problemas, y la pandemia solo ha venido a empeorar la situación,” explica Cristina Mardari, un miembro del personal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Moldova. Cristina comparte su experiencia desde el confinamiento, y sobre cómo ella y sus colegas siguen trabajando para proteger y promover los derechos humanos en el país.

Expertos independientes participan en las “charlas virtuales” del Consejo de Derechos Humanos, en las que resuenan los llamamientos urgentes a velar por que las políticas nacionales en materia de COVID-19 estén profundamente ancladas en los derechos humanos, y explican las prácticas idóneas para defender esos derechos.